Esa noche ella decidió dejar de ser lo que todos querían que fuese, quiso demostrar que era un torbellino de ambiciones acobardado por una sociedad que no deja ser, que quiere que seas, y te obliga a serlo, una sociedad que machaca y pisa a quien quiere cambiar el mundo, que te convence de que no podrás conseguir lo que te propones porque es dificil. Claro, lo mejor de la vida, es dificilisimo. Llegar a la Luna fue dificil, pero hay huellas humanas por alli arriba, y si las hay, es porque hay a quienes llaman ilusos que deciden demostrar que sus ilusiones pueden hacerse palpables.
Y esa noche ella decidió saltarse lo estipulado, correr a comprar los tacones mas altos y la falda mas corta de toda la tienda, y no para impresionar al personal de ningun garito, sino para sentirse imparable, como si esos tacones de 15 centimetros la acercaran a las estrellas. Y entonces se fue, y andaba con la seguridad de tener a unos pocos murmurando cuando pasaba, la seguridad que da que vayas donde vayas causes furor. Esa noche cantó como nunca, le enseñó a sus padres sus dibujos, los mismos que llevaba guardado desde hace años, y decidió que Econmía no era lo suyo, que quería diseñar.
SUEÑA, VIVE, DECIDE, porque no hay nada mejor que hacer lo que quieres, y hacerlo, con el alma.
domingo, 9 de agosto de 2015
jueves, 9 de julio de 2015
Me encanta la lluvia, las peliculas a medio acabar, las canciones tristes, el olor a sabanas recien lavadas, dormir, y escribir. Me encantan los momentos en los que alguien no puede parar de llorar, la vulnerabilidad del que cree que esta siendo debil pero que esta teniendo la valentia de enseñarte sus puntos debiles y su talon de aquiles, sabiendo que podrías usarlo algun dia en su contra. La sinceridad del que ya no puede más, y se enfada, y grita, y echa las cosas en cara. La eternidad de algunos momentos que sabes que no podrás repetir pero que rememoras en cada reunion de antiguos amigos. Me encanta saber echar de menos, aunque duela. Me encantan los abrazos de reconciliacion, y los de bienvenida, y las lagrimas de despedida, los "te echaré de menos" que sabes, que son verdad. Los "en seeerio" que pronunciamos todas al unísono cuando una de nosotras cuenta algo que no podemos creer. Me encanta cuando nos acordamos de lo que hemos vivido durante todos estos años, y cuando hablamos de donde queremos acabar y nos vemos todos juntos, como ha sido siempre. Me encanta pensar que algunas cosas, no van a cambiar. Me encanta que el tiempo no pase sobre algunas personas, que las miradas no cambien y las risas sigan sonando igual. Y me encanta porque es duro aceptar que las cosas cambian, que las personas crecen, maduran y se olvidan de muchas cosas, que se pierden valores, y se abandonan sueños, me da pena, que se dejen al lado las metas y las ambiciones. No puedo evitar que me de pena la gente que se complica la vida para elegir una carrera que le de dinero, y que vive toda la vida arrepintiendose. Las personas que ven en sus hijos una segunda oportunidad para continuar lo que de joven dejaron, y no saben, que vida hay una, y si hay algo que nunca se paran son las agujas de reloj, así que, llora, grita, echa de menos, vive, estudia para dedicarte a algo a lo que te dedicarias aunque fuese gratis, que de llegar al fin de mes, ya te encargaras cuando tengas que encargarte.
domingo, 5 de julio de 2015
Yo siempre seré la que soy, la misma que odia que la llames pero quiere que lo hagas, la que nunca soportará que estés pero se dará cuenta de que no estás, la que sonrie y llora a la vez sin motivos, la que se enfada cuando le apetece, y pasa de 0 a 100 en decimas de segundos sin que nadie la entienda, siempre seré la que odia correr pero corre, porque sabe, que a veces las prisas si son buenas, la que odia el paso del tiempo pero se pasa la vida esperando a que llegue algo (o alguien) y cuando pasa, espera otra cosa, la que siempre busca conseguir algo y cuando lo consigue siempre quiere más, porque soy inconformista.
Y por todo esto, no pido que me entiendas, porque se que no es facil, ni exijo que me acompañen en cada una de mis locuras, porque puedo hacerlas sola, por eso no quiero que seas dependiente, porque me agobio, pero te pido que me quieras, aunque sea un poquito, porque si no lo haces, se bien que querre que lo hagas.
Yo siempre seré la que soy, la misma que odia que la llames pero te pedirá que lo hagas, la que no soporta que estés pero no quiere que te vayas. La que sonrie y llora a la vez sin motivos, se enfada cuando le apetece y pasa de 0 a 100 en décimas de segundo sin que nadie la entienda. Siempre seré la que odia correr, pero corre, porque sabe que a veces las prisas si son buenas. La que odia el paso del tiempo pero se desespera esperando que llegue algo, para verlo llegar y cansarse al segundo. Inconformismo a raudales.
Y por esto no pido que me entiendas, porque sé que no es fácil, entiendo que este manojo de
Y por todo esto, no pido que me entiendas, porque se que no es facil, ni exijo que me acompañen en cada una de mis locuras, porque puedo hacerlas sola, por eso no quiero que seas dependiente, porque me agobio, pero te pido que me quieras, aunque sea un poquito, porque si no lo haces, se bien que querre que lo hagas.
Yo siempre seré la que soy, la misma que odia que la llames pero te pedirá que lo hagas, la que no soporta que estés pero no quiere que te vayas. La que sonrie y llora a la vez sin motivos, se enfada cuando le apetece y pasa de 0 a 100 en décimas de segundo sin que nadie la entienda. Siempre seré la que odia correr, pero corre, porque sabe que a veces las prisas si son buenas. La que odia el paso del tiempo pero se desespera esperando que llegue algo, para verlo llegar y cansarse al segundo. Inconformismo a raudales.
Y por esto no pido que me entiendas, porque sé que no es fácil, entiendo que este manojo de
jueves, 5 de marzo de 2015
La vida es eso que pasa mientras le dices adiós a todo el que decide que tu vida ya no es su sitio, y aunque durante años haya estado tropezándome con los recuerdos de esas personas y arrepintiéndome de abrirles la puerta una vez, amontonando las cosas que me dejaron como si hubiesen provocado en mi un síndrome de diógenes al que era incapaz de enfrentarme. Pero hoy, no miro con tristeza la puerta por la que un día salieron, hoy la abro para sacar fuera de mi todo pequeño recuerdo que no merece espacio en mi vida. Hoy no se si quiero odiarte por nunca tener claro si entrar o por sin hacerlo, desordenarlo todo como si de un huracán se tratase, o si quiero volverte a ver para decirte que dentro de mi siempre habrá una esquinita que lleve tu nombre. Hoy no me duele que sigan saliendo personas por esa puerta porque he aprendido a decir adiós y a reírme después de un portazo de alguien que en su día me descompuso, pero que hoy, ha hecho que este más recompuesta que nunca. Hoy no sé, y mañana, mañana no se si voy a saber mas que hoy, aunque apuesto que no, así que mañana tampoco tendré una respuesta, mañana tampoco sabré si quiero que entres y te quedes o si quiero por fin decirte adiós.
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