jueves, 5 de marzo de 2015

La vida es eso que pasa mientras le dices adiós a todo el que decide que tu vida ya no es su sitio, y aunque durante años haya estado tropezándome con los recuerdos de esas personas  y arrepintiéndome de abrirles la puerta una vez, amontonando las cosas que me dejaron como si hubiesen provocado en mi un síndrome de diógenes al que era incapaz de enfrentarme. Pero hoy, no miro con tristeza la puerta por la que un día salieron, hoy la abro para sacar fuera de mi todo pequeño recuerdo que no merece espacio en mi vida. Hoy no se si quiero odiarte por nunca tener claro si entrar o por sin hacerlo, desordenarlo todo como si de un huracán se tratase, o si quiero volverte a ver para decirte que dentro de mi siempre habrá una esquinita que lleve tu nombre. Hoy no me duele que sigan saliendo personas por esa puerta porque he aprendido a decir adiós y a reírme después de un portazo de alguien que en su día me descompuso, pero que hoy, ha hecho que este más recompuesta que nunca. Hoy no sé, y mañana, mañana no se si voy a saber mas que hoy, aunque apuesto que no, así que mañana tampoco tendré una respuesta, mañana tampoco sabré si quiero que entres y te quedes o si quiero por fin decirte adiós.